Desde que era chica, las fiestas (sobre todo la Nochebuena) representaban para mí una gran alegría, mucha ilusión por tener a la familia cerca, compartir una rica comida y recibir regalos, y sobre todo hacerlos yo. Mi mamá me cuenta que incluso siendo una nena me dedicaba a preparar "regalitos" para la familia, me divierte más pensar en qué cara pondrán mis seres queridos cuando abran el paquete que yo preparé, que en especular qué podré recibir yo. En ese entonces, ni siquera el hecho de tener a mis padres divorciados podía opacarme la alegría de las Fiestas. Pasaba una con la familia materna, una con la familia paterna, y yo era feliz. De adolescente, empecé a disfrutar reunirme con amigos después de medianoche, y desde hace unos años, también comparto las Fiestas con mi familia "cusi-política".
Hasta hace poco, no comprendía a las personas que detestan las fiestas de fin de año. Pero desde hace un par de años, como para muchas personas, las Fiestas han pasado a ser motivo de angustia. Los habituales conflictos familiares me pesan más que nunca. No tengo ganas de reunirme con gente, no siento que haya demasiado que celebrar (¡incluso cuando he tenido un año excelente en muchos aspectos!). Me deprimen los preparativos, las vidrieras navideñas desde principios de noviembre, me angustia elegir regalos, sólo quiero que se terminen estas fechas y que enero llegue pronto.
¿Por qué será que esto le pasa a tanta gente? Hoy escuché un informe en el noticiero del 13 que decía que en diciembre se reciben más denuncias que nunca de violencia familiar. Hay más suicidios, esto lo leí en otro lado. Y por lo general la gente está más estresada y malhumorada que nunca. Decían que esto se debe a que todos tenemos en mente, aunque sea a nivel subconsciente, una "postal" de la familia ideal: todos armónicamente reunidos frente a la mesa navideña, compartiendo un momento de paz. Y que este ideal dista de ser nuestra realidad. El choque entre ambos produce conflicto.
Me pregunto por qué festejamos en realidad. El sentido religioso del nacimiento de Jesús ha quedado completamente trastocado, incluso para aquellos que aún se definen como cristianos. Hoy día Navidad es más que nunca una fecha comercial: consumir, consumir, consumir, parece ser la consigna. Papá Noel dejó hace rato de ser San Nicolás, un viejito italiano dadivoso que vivió hace unos siglos. Hoy es el gordo marketiero de la etiqueta de Coca-Cola. Y los chicos se ponen histéricos, más que felices, ante la inminencia de esa avalancha de productos: algunos pensando en lo que vendrá, otros (la gran mayoría) pensando en todo lo que les gustaría tener, y no está a su alcance.
¿Qué hacer? ¿Corresponde aislarse -como hace mi viejo- dejando a toda la familia en banda, preocupados por la propia ausencia? En este caso, ¿debo hacerme cargo de hacer sufrir a otros de mi familia sólo para ahorrarme un mal rato? O en cambio, ¿hay que ir, caretear, pretender que uno la está pasando bien? ¿Se puede hacer de cuenta que las Fiestas no existen y dejarlas para que las celebre un cada vez más pequeño grupo de cristianos creyentes que de verdad las sienta en su corazón? ¿Cómo pasarlas lo menos peor posible?
Mientras dejo estos interrogantes en el aire, me consuelo pensando en que tal vez en unos años tenga yo mi propia familia. Espero poder hacer las cosas distinto entonces.
8 comentarios:
El año pasado deje a mi flia y a mi novia en bs. as. y me fui para esas fechas solo al sur (y eso que en el medio cumplia años...)
Estuvo barbaro. Termine festejando con unos belgas e israelies año nuevo en un hostel. Fue el mejor año nuevo que tuve.
Este año voy a pasar mi luna de miel, cumpleaños, navidad y año nuevo (toda en la misma semana, ja), tambien afuera.
Creo que para alguien que no tiene compromisos familiares o las fiestas es motivo de angustias, festejarlas con gente distinta en un lugar distinto, es una experiencia interesante.
No se que tan religiosa seras vos o tu novio, pero si vez las fiestas como un motivo mas de conflicto que de placer, andate a la mierda con el!. Anda al sur, al norte, o cualquier lugar. Es mi humilde sugerencia...
Saludos
Entiendo tu punto de vista y es mucho mas que valido. Creo que el problema esta en que como sociedad, somos una consumista. Por lo tanto todo es excusa para consumir, comprar, gastar, etc. El problema con las fiestas, que en su origen fueron hechas para recordar algo importante, es que nos dejamos llevar por el concepto social y la moda.
Un beso y felices fiestas.... ya hice los deberes.
Pues yo discrepo. A mí estas fiestas me encantan. Me lo paso como un enano mirando cosas y haciéndolo con ilusión. Creo que nos obsesionamos mucho por los regalos y las prisas. Yo creo que es cuestión de reír y pasarla bien. Por ejemplo, yo no me siento con gente de mi familia que no me hablo, así de simples. Estas fiestas las paso con aquellos que quiero, respeto y tengo ilusión de compartir con ellos unas fechas especiales. Recuerdo que el año pasado mis sobrinos, como todavía no hablan con los Reyes Magos, nos hicieron a todos unas manualidades.
La paso como un enano,
Saludos!
Chaaan al fin Kupuka se saco la mascara shamanica!
Coincido totalmente con esteban, no hay cosa mejor que pasarla con la gente que uno tiene ganas y en donde tenga ganas...mucho mejor si es a la mierda.
Respecto a mi opinion, es cierto que hay un clima general de histeria tanto en grandes (por lo que van a consumir en las fiestas) como en chicos (por los regalos que van a consumir despues), pero no puede ser de otra manera despues de toda la ola mediatico publicitaria que imprime dichas pautas de conducta.
No puedo dejar de mencionar sin embargo que aun el llamado tema de la natividad catolica verdadermanete carece de sentido para mi asi como para todos los que no creemos en dicha religion...
A este sentido considero que el catolicismo hizo demasiado daño como para tener ganas de festejarle nada...
Y si suena medio extremo o fuera de lugar, me parece que ahi si es porque realmente a nadie le importa el debate teologico, la reflexion religiosa o la meditacion de fe...
Como esteban aquí arriba, yo también cumplo años por estas fechas (el 24) y se suma todo. No sé, es todo un tema. A veces pienso que la Navidad es para los chicos, pero semejante locura de consumo me apabulla. Por suerte en mi familia hacemos regalos sólo a los chicos. Igual yo me iría de vacaciones ya el 23. Al menos este año parasaré fin de año en la costa.
Supongo que cada uno encontrará la mejor estrategia. Irse a algún lado con alguien querido sería buena idea.
Esteban,
Es una buena sugerencia, pero nuevamente me deja este interrogante: hay gente a la que quiero mucho, con la que sí me gusta compartir las Fiestas, y sé que se pondrían tristes si yo no voy. A mi novio le pasa lo mismo con los suyos. ¿Tenemos que dejar que esto no nos afecte? No sé, no sé...
Por lo demás, felicidades!!!
Benja,
¡Pero qué aplicado, señor! Muchas gracias.
Rayco,
Hasta hace unos años, yo también las vivía así. Tal vez la escasez de niños en la familia tenga algo que ver con que hoy me amargue.
Juan Chelemín
Bueno, sí, suena bastante extremo, yo prefiero no meterme con la cuestión religiosa (tengo bastante en claro qué siento yo al respecto pero no espero que los demás lo compartan). De cualquier modo, vos y cualquier otro son libres de opinar, por lo menos en este blog.
Marxe,
Bueno, a vos encima se te junta con el cumpleaños. Por lo menos, podés elegir con quién pasarlo, ¿o no?
Besos.
Maguita, tú bien sabes que la familia no es "santo de mi devoción" precisamente.
Considero que uno no debería ligarse por los lazos de sangre tan a la ligera, porque te puedes encontrar con algún que otro imbécil al que (por ponerte un ejemplo cercano) se da unos aires de superioridad, e intenta recordártelo una y otra vez cada reunión.
En fin, yo hace mucho tiempo que decidí admitir en mi familia solamente a los que me caían bien...
Luis,
Tal cual, el problema es que a la familia no se la puede elegir. Mejor dicho, podés elegir dejar de hablar con alguien, pero no sin lastimar a otro que los quiera a ambos...
Gracias por postear. Besos!!!
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