Después de un viaje en micro que se hizo eterno, llegamos a Villa General Belgrano a las 9:30. Desayunamos escuetamente en la Terminal antes de venir hasta el camping. El lugar está bárbaro, nos sorprendió la conjunción entre apartado y cercano al centro, entre agreste y equipado. En efecto, uno escucha el sonido de los pájaros (y de animales de granja, bastante inverosímiles, como un toro) a la vez que contamos con cocina, baño, heladera, etc.
Este lugar es famoso porque en Octubre se celebra el Oktoberfest, y sus cervezas son famosas en todo el país, por lo que pudimos comprobar la fama está altamente justificada. La avenida principal del pueblo, según Javi, se parece mucho a Bariloche, con sus carteles de madera, sus casitas de recuerdos y los restaurantes típicos. Por todo el pueblo se ven rasgos arquitectónicos (y se nota en las caras rubias y con cachetes colorados de sus habitantes) que muestran el origen alemán de los fundadores.
Al día siguiente visitamos el pueblo de La Cumbrecita, uno de los lugares más hermosos que conozco. Se trata de un pueblito muy chico, enclavado en la sierra, fundado también por inmigrantes alemanes.
La sensación es la de meterse en la escenografía de una película, o mejor aún, en un cuento de hadas. Pero para llegar a eso tuve que sobreponerme a un shock que tuve al llegar: resulta que yo había estado en el pueblo seis años atrás, y lo encontré distinto, muy crecido, y lamentablemente, más turístico y comercial. Eso, en mi opinión, le resta un poco de encanto a la callecita principal. Hay vehículos, caballos, gente promocionando atracciones. Por suerte, al emprender el camino hacia la cascada, recobré la magia.
La sensación es la de meterse en la escenografía de una película, o mejor aún, en un cuento de hadas. Pero para llegar a eso tuve que sobreponerme a un shock que tuve al llegar: resulta que yo había estado en el pueblo seis años atrás, y lo encontré distinto, muy crecido, y lamentablemente, más turístico y comercial. Eso, en mi opinión, le resta un poco de encanto a la callecita principal. Hay vehículos, caballos, gente promocionando atracciones. Por suerte, al emprender el camino hacia la cascada, recobré la magia.
Todavía nos quedan un par de noches en este camping, porque estamos tan cómodos y tan contentos con la atención y las cosas que hay acá, que decidimos quedarnos hasta el martes. De acá, saldremos a Alta Gracia y allí veremos qué tal. Mientras tanto, aprovechamos para disfrutar de los placeres carnales (ver fotos):
Bueno, esto ha sido todo por hoy. ¡Hasta la próxima!
10 comentarios:
La última vez que estuve en Villa General Belgrano estaba en 5º o 6º grado de la primaria. Asique si a vos te sorprendió después de 6 años, a mí me da un infarto.
Lindo viaje che.
Qué bueno que nos cuentes tus impresiones y describas el lugar... y pongas fotos!
Muchas gracias!!!
Un abrazo fuerte!
¡qué lindo lugar, Mariana!!!! Una pregunta, (no sé si las has contado en algún post, no lo recuerdo) ¿Dónde se quedó Fiona?
un beso
Nila
Si, en Cordoba (no es por nada) pero hay lugares muy hermosos, incluyendo La Cumbrecita, Villa Alpina, La Granja, Carlos Paz, Valle de Calamuchita... en fin, la lista sigue... obviamente sin olvidar a los cordobeses! ;)
No hay más nada que agregar. Villa General Belgrano es un lugar encantador.
Bueno, me alegro que les haya gustado!
Nila, te cuento que Fiona se quedó en casa. Mi hermana me hizo el enorme favor de venir a darle de comer y regarme las plantas. Por suerte no vive lejos y ella a Fiona la adora (le dice "sobrina").
Benja, ¿sos cordobés?
De verdad no sabias?
Bueno, si lo supe alguna vez, no lo tenía presente.
¿O vos te acordabas de que yo soy rionegrina?
No, la verdad es que no sabia que eras de Rio Negro...
je, bueno, yo tuve acceso privilegiado a alguna de esas fotografías... bonito lugar, pero lo más agradable siempre será tener buena compañía.
Hale, besos y abrazos para todos.
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