miércoles, mayo 09, 2007

Sueño con cables

Tengo el sueño recurrente, y muy agradable, de que vuelo. Sé que debe ser muy común, pero cada vez que me toca soñarlo siento como cuando estamos haciendo zapping y justo nos encontramos con esa peli que ya miramos varias veces, pero que justo teníamos ganas de volver a ver.

Para volar, simplemente extiendo mis brazos, corro tomando carrera y me despego del suelo. Así nomás. Por lo general está anocheciendo, o es de noche. A menudo estoy sobre una ciudad que es y no es Buenos Aires, que me sorprende con extrañas edificaciones y parques en sitios inesperados. Y a veces la gente me ve volar. Una vez, soñé que todos los que me veían me tiraban piedras, pero yo subía cada vez más alto y nadie me alcanzaba. ¿Señal de que debo fortalecerme contra las críticas? Algunas veces asciendo hasta que la ciudad es sólo una mancha luminosa. Y no tengo miedo de caerme. Es difícil subir, pero una vez que estoy flotando, no hay peligro.

Salvo uno: los cables de alta tensión. Por lo general son muchos, y llegan muy alto, y se enredan entre sí. A veces se mezclan con las ramas de los árboles. Y yo tengo que volar atravesándolos, son imposibles de esquivar y sé que tocarlos sería mortal. Creo que subiendo voy a conseguir dejarlos atrás (mejor dicho, abajo), pero no hay modo, siempre me quedan manojos de cables por atravesar. He llegado a la conclusión, bastante obvia por cierto, de que representan los obstáculos que uno se encuentra en la vida: la única manera de dejar atrás a cada uno de ellos es morirse.

La otra noche, caminando hacia la facultad, me detuve a observar un tren del subte A que se dirigía a la terminal (por afuera del tunel, por la calle). Los cables chispeaban. Involuntariamente, rememoré mi sueño serial. Miré los cables de la calle: nunca son tantos como los que hay en mi cabeza. Tampoco son tantos los problemas reales como los que yo misma me creo, imaginándolos y proyectándome a futuro.

Quiero a este sueño además porque de alguna manera inexplicable me une con mi papá: una noche, cada uno en su casa, los dos soñamos exactamente lo mismo. Nos pusimos a hablar del tema de casualidad, después de un almuerzo en lo de mis abuelos. Se me puso la piel de gallina cuando me lo contó: era igual al mío. La manera de volar, los cables que había que esquivar. Salvo el detalle de que, en su sueño, mi viejo volaba llevando un portafolios, y yo con mi mochila de siempre.

4 comentarios:

benjamin1974© dijo...

Yo siempre sueno que vuelo, como nadando. A veces, muy pocas, puedo volar pero no puedo remontarme muy alto, y me encuentro haciendo todo lo posible para lograr altura.
Puedo ver a la gente mirandome desde abajo, igual cuando hay peligro yo salgo volando y asi me escapo.... Que loco, no?

Sebastian dijo...

Decreto que tu sueño ha sido heredado genéticamente. Por lo tanto la conclusión es que algún abuelo tuyo o antepasado más lejano voló.
Más allá de eso, los sueños a veces son tan vividos que son las únicas formas de sentir ciertas sensaciones que no sentimos (o no nos animamos) en vivo!
La sensación del vértigo de caer en un pozo de ascensor interminable, por ejemplo. Está bueno porque por más que te mueras de miedo no te morís y la viviste. JAJA, estoy pirado.
Un beso.

Mariana dijo...

Jajajaja, con lo del ascensor también sueño muy seguido. Un ex mío tenía la teoría de que era un "recuerdo genético" de cuando nuestros antepasados dormían sobre las ramas de los árboles (!)

Anónimo dijo...

Muy onirica tu descripcion del sueño, plagada de detalles, imagine tu carrera, el impulso, una brisa.muy bueno. Una vez soñe que volaba, era otoño y las copas de los arboles eran todas doradas. La vision para que tengas idea era como al final de volver al futuro, lamentablemente sufro de vertigo y mas que un sueño resulto una pesadilla...