miércoles, marzo 19, 2008

Los Maestros

A lo largo de nuestra vida, hay diferentes vínculos que nos van marcando. Algunos nos sacan adelante, algunos nos tiran abajo y nos lastiman. Unos pocos duran toda una vida. Hay algunos con los que se comparten intereses pasajeros y luego se diluyen. Y hay otros que nos acompañan un tiempo, pero dejan en nosotros huellas muy marcadas. Hoy quiero hablar de ellos, los Maestros.
No me refiero a la maestra de la escuela primaria, al menos seguro que no a todas, sino a aquellas personas que -sea en un ámbito estrictamente educativo, o no- nos han enseñado cosas valiosas y que aún muchos años después podemos reconocer como guías. Con suerte, cada uno de nosotros puede recordar alguno. Hoy quiero homenajear a los míos.
  • Mi primera Maestra, así con mayúscula, fue mi mamá, quien me transmitió su amor por las palabras, los cuentos, la poesía y la música. Creo que hoy no sería la persona que soy si no me hubiera inculcado tantos intereses y fomentado mi curiosidad natural (además de gestarme, alimentarme y criarme, claro).
  • Claudio Sanseverino era mi maestro de música en la escuela primaria. Con él hice dos años de coro, en los que yo -con sólo diez años- iba a la escuela hasta los sábados para poder ensayar con mis compañeros. Desde entonces, amo cantar. Y quién sabe si sus clases de técnica vocal no me salvaron de perder la voz ahora que trabajo yo como docente.
  • Maximiliano González Jewkes, fue mi profesor de literatura del secundario. De él yo estaba profundamente enamorada, infatuada, deslumbrada por su voz de locutor y sus conocimientos sobre literatura y cine. Una vez, cuando yo estaba en tercer año, le dijo a mi vieja en una reunión de padres: “Mariana va derecho para Letras”. Y en quinto ya decididamente la tenía como mi carrera a seguir.
  • Y el último Maestro que, hasta ahora, he tenido, es Martín Cabrera, mi sabum, mi instructor de Taekwon Do, quien me enseñó a creer en mí misma, a valorar mis esfuerzos sobre todo por lo mucho que me cuesta superarme día a día, a que soy capaz de llegar alto y que los límites son solamente algo que hay que romper.
Creo que a algunos de ellos nunca llegué a hacérselos saber, pero supongo que lo habrán intuído. Por todo lo que me han ido enseñando, me siento muy agradecida, así que a ellos va dedicado este post, mi homenaje.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Mariana: es un placer tenerte como alumna y el verte crecer como alumna y persona me hace sentir muy feliz!

Nunca olvides que lmite existe en nuestrasmentes como muro que hay tirar y vencer.
La actitud es sinduda la herramienta para concretar los sueños y vivir los sueños.

Un abrazo enorme.
Sabonim Martin Cabrera

Anónimo dijo...

Mariana:

Lo que sucede es que los hijos también nos dan vida a los padres, como una vez tu abuelo Cacho me escribió en unos versos, cuando yo te tenía en la panza: "... que vos también a mí me has dado vida...", decía, y sé que Cacho estará feliz en su blogspot.nube leyendo tu post y mi comentario.
Además, y más ahora que sos grande, yo también aprendo de vos a cada paso... ¿quién es, si no, mi madrina de carrera, ahora que, a la vejez viruela, finalmente llegué a Puán?

ayco dijo...

Creo que no tengo muchos maestros fuera de mi familia, lo cual es bueno, significa que ya me llegarán, ¿no?

El ornitorrinco dijo...

Hola Mariana, el gesto vale mil millones, suscribo todo lo que dices: si traslado tus letras a mis Maestros, calzan perfectamente... personalmente añadiría también a mis más oscuros enemigos, a ellos las gracias por la satisfacción de sentirse extraordinario cada vez que los derroto, las gracias por la bronca para reintentar las empresas y las gracias porque sin ellos, no tendría el consuelo de saber que existe gente un poco más idiota que yo. Saludos,

Martín Palma Melena dijo...

Hola, Mariana

A veces qué ingrato somos con las personas que nos marcaron (me refiero a las que lo hicieron positivamente). Tenerlas presentes es un poco (re) descubrir en parte quienes somos o por qué somos lo que somos.

Realmente, qué bonito homenaje…

Saludos

Anónimo dijo...

Marian, qué linda entrada que pusiste me hizo pensar en todos los maestros que uno tiene en la vida.
Me encantó el post de tu mamá.
Te mando un beso, Reina Batata.

Juan Pablo dijo...

Muy lindo tu homenaje Márian. Con respecto al post anterior te digo que nunca te agregué para que no pienses mal de mí ;)
Ahora bien, si por alguna casualidad necesitás hablar conmigo o estás de banda y te pinta, te dejo mi nombre para que me agregues: rujupa@hotmail.com
Como dice Karina Olga, lo dejo a tu criterio :)

Beso.

Anónimo dijo...

ornitorrinco... qué miedo!

Mariana dijo...

Sabonim,
Muchas gracias por visitarme y dejar estas palabras. Aunque se vaya tan lejos, nunca voy a dejar de considerarlo uno de mis Maestros.

Ma
¿Viste? No se me había ocurrido, pero se puede ser maetro de nuestros maestros también. Besote!

Rayco,
Seguramente, creo que mientras uno vive, uno tiene la oportunidad de aprender -ya sea de las situaciones o de otras personas-.

Ornitorrinco,
Je, sí, puede ser, pero a mis enemigos no los nombro por razones políticas... :D

Martín,
Me parece que tenés razón. Cuánto se les debe a muchas de estas personas, y no siempre les manifestamos nuestra gratitud como corresponde.

Reina Batata,
¡Bienvenida! Espero verte postear seguido acá.

JuanPa,
Cómo no, te agrego con mucho gusto. Lo que no me banco es que se me agreguen chamuyeros que sólo les interesa un levante. Pero me quedo tranquila de que no va a ser tu caso.

luis dijo...

eh! aprovecho para mandar un saludo (y homenaje) desde este blog a don Antonio González Amador, mi esforzado profe "on line" de latín, y coordinador de culturaclasica.com

Abrazos para ellos, y besos para las señoras.

Hasta la próxima.

kiko dijo...

que bonito el que les rinda homenaje,seguro que todos estan muy felices de haber tenido una alumna como tu :)

te he dejado un pequeño premio en mi blog,pasate quando puedas

un beso

Mariana dijo...

Luis,
Me alegro de que mi reconocimiento te ayude a recordar a tu propio Maestro. Beso!!!

Lordbrolin,
Muchas gracias por tu premio, como habrás visto ya adorna los márgenes de este blog.

Marta Salazar dijo...

fantástico tu artículo!

qué bueno es tener MAESTROS! y qué lindo es que menciones a tu mamá entre ellos!