Ayer fui a ver esta película luego de escuchar varias recomendaciones muy convincentes. Debo decir que no me desilusionó en lo absoluto. Sin embargo, las cosas que más me gustaron de ella son aquellas que rompen con las reglas del género que esperaba ver.
Advierto a quienes no la hayan visto que adelanto detalles fundamentales del guión, así que acá es donde les conviene dejar de leer.
Y es que The dark knight (primera película de la saga de Batman que no lleva su nombre en el título) dista de ser una película de acción más, de ésas con malos bien malos y buenos bien buenos. Acá los roles parecen intercambiarse por momentos. Si bien el Joker de Heath Ledger (lamentablemente, último papel de este joven actor que prometía tanto) es el "villano", a los espectadores se les hace hasta simpático por momentos. Y no es malo, no. Es... caótico. Amoral. Representa la corrupción anónima de la sociedad en miniatura que es Ciudad Gótica. Me encantó que no se lo "explique": cuando en una escena al principio de la peli cuenta una triste anécdota de la infancia y el padre alcohólico para explicar sus cicatrices pensé "ufa, ya lo tenían que psicoanalizar...", pero no: más tarde, cuenta una historia completamente diferente. De hecho, nos está mintiendo todo el tiempo. No tiene nombre, no tiene origen, no tiene antecedentes ni propósitos específicos. Como dice Alfred, "hay tipos que sólo quieren ver el mundo arder". Buen detalle hacia el final, el que la cámara gire y nos lo muestre al revés. No hay arriba ni abajo en él, todo se puede dar vuelta.
Lo contrario ocurre tal vez con Harvey Dent -"Dos caras". Me encantaron los efectos especiales, esta vez al servicio de la historia, pero el personaje no me terminó de convencer. Si bien le encuentran la vuelta al tema del azar como parte del caos, no deja de ser un pobre tipo vengándose de la muerte de la mujer amada. ¿Hay verdadera corrupción en su personaje, o es simplemente un enamorado vengativo más?
La película, a diferencia de las anteriores de la saga, sobre todo las de Tim Burton, tiene su fuerte más en los diálogos que en las escenas de acción (que las hay, y muy bien hechas, pero no son lo más importante). Reflexiones sobre el bien y el mal, sobre las reglas a seguir en un mundo sin reglas, sobre los límites de cada uno y la necesidad de romperlos, dejan al espectador preguntándose muchas cosas aún cuando las dos horas y media de la función han transcurrido.
Tal vez lo que me pareció más criticable, la decisión más "hollywood" de los guionistas haya sido la de los pasajeros de ambos ferris. Creo que en la vida real sí que hubiéramos tenido "fuegos artificiales". Me pareció un tanto poco creible, y en mi opinión le resta un punto a la película en su conjunto. Hubiera imaginado una resolución diferente: el preso tira el detonador por la ventana al tiempo que el civil da vuelta a la llave, la ilustración perfecta del ying y yang que hay en cada uno.
El final, sin embargo, me pareció acertado: lo que los hombres necesitamos no son héroes de carne y hueso, sino símbolos. ¿Qué otra cosa son los mártires, los héroes patrios, los personajes cuyas hazañas nos narran los cantares de gesta? Un héroe vive hasta convertirse en villano, o muere antes. Nuevo intercambio de roles de Batman y Harvey y final abierto. Al espectador atento no le pasará desapercibido el guiño para una posible tercera parte: cuando Batman pregunta si el traje nuevo soportará el ataque de los perros, Lucius Fox le contesta sonriendo "A los gatos podría soportar...".
En definitiva, The dark knight me gustó porque va más allá de su género: es una película de héroes donde éstos están proscriptos, donde los diálogos roban protagonismo a las persecusiones, a las peleas y a las explosiones, con vueltas de tuerca a lo largo de la trama, con giros totalmente inesperados (¿en qué película de Batman -o de cualquier superhéroe- éste no llega a salvar a la chica?). Finalmente, te deja pensando. No muchas de las películas más taquilleras de la historia pueden darse ese lujo.